Para todos aquellos que le gustan los
niños, y para los que no, os contaré un cuento;
Erase una vez Soriano, niño normal,
escuela y juegos. Juan y Sergio sus amigos inseparables. Como cualquier niño,
ávido de conocimiento, preguntaba todo lo que veía fuera de lugar. Sus padres,
Gisela y Roberto, respondían con severo conocimiento ciñéndose a la experiencia
que les daban los años, pero a su vez, le usaban respuestas “fantásticas” que
fomentaran la imaginación tanto de Soriano, como de su hermana Maridela.
Así Sorianito crecía con la convicción de
que su madre le robaba la nariz con un simple movimiento de mano, que las
estelas del cielo eran naves de los extraterrestres, que los reyes magos venían
con regalos una vez al año, que existían países muy muy lejanos con princesas
atrapadas en castillos custodiados por dragones. Con lo que la magia se
tomaba como una explicación normal a cualquier acontecimiento inexplicable.
Roberto, su padre, murió repentinamente.
Haciendo caer a su madre enferma de pena, y como si fuera un resfriado, su
hermana se contagio. Soriano con tan solo diez años sentía tristeza, pero al
mismo tiempo, frustración al ver cómo lo que le quedaba de familia se apagaba a
base de lloros y sollozos. Esta misteriosa enfermedad de la pena, hizo que en
Soriano surgiera la magia que en él se asentaba. Se disfrazó de su padre,
usando la misma ropa y perfume, salió de casa cerrando la puerta tras de sí, y
utilizó toda su fuerza para llamar y transmitir el impulso que ponía su padre
al llegar a casa.
Gisela acudió para abrir la puerta, y sus
ojos no podían dar crédito de lo que estaba viendo. Roberto, como si fuese un
espejismo, estaba esperando en la puerta de su casa, aun con la barba a medio
afeitar y su media sonrisa. La alegría colmó nuevamente la casa, inundándolo
todo a su paso.
Soriano se había convertido en su padre
cuando se vistió con su ropa. Y para mantener a la familia contenta, se mantuvo
cambiado de personalidad todos los días. Con esa responsabilidad, tuvo que
dejar la escuela, sus mejores amigos y los juegos de niños.
Su hermana Maridela, era mayor que
Soriano, y se había convertido en la más guapa del pueblo, todos los hombres
querían casarse con ella, ella los rechazaba porque esperaba a su príncipe
azul. Como no llegaba, y la espera se hacía muy dolorosa para la princesa,
Soriano se disfrazó de príncipe azul y se casó con ella.
Por si fuera poca exigencia para nuestro
protagonista, el pobre Soriano tuvo un accidente que lo dejó postrado en la
cama. Al recaer en él la responsabilidad de ser tres personas diferentes, su
madre y su hermana murieron de pena, ya que vieron como sus respectivos maridos
les habían abandonado. Así quedó Sorianito: Postrado en una cama, sin amigos ni
familia, medio tonto por no acudir a la escuela, y con un trastorno de
personalidad de por vida.
FIN
P.D1: Creo que es un buen cuento para
explicar que las mentiras que nuestros padres nos cuentan cuando somos niños
hacen mucho daño.
P.D2: Soy totalmente consciente que es un
cuento muy cargado de endogamia e incesto. Esto también habría que explicárselo
a vuestros niños.