jueves, 21 de febrero de 2013

EL TIEMPO


Entre mi deambular errático por Internet, he hallado una página que me ha hecho pensar sobre algo que me parecía muerto. El tiempo.

Y digo que parece muerto, porque actualmente, si sumamos la rapidez que estamos acostumbrados a vivir, con la necesidad imperiosa de trabajar para trabajar con la esperanza de sacar la cabeza de esta crisis, sencillamente no queda tiempo. Mis días son cortos, meros bocetos inacabados, los cuales, cuando llega la noche, me doy cuenta de la cantidad de cosas que acabo dejando a un lado por falta de la savia de la vida.

Pero paradójicamente, en un momento de búsqueda de información estrictamente profesional, me salta a la vista, una página (www.horariosenespana.es) con el siguiente epígrafe: “manifiesto por unos horarios racionales”. En ella han plasmado una serie de objetivos, los cuales, usando la presión de las firmas digitales, intentan introducir en nuestras vidas, una forma más coherente de utilizar nuestro tiempo laboral y de ocio. Son muchos objetivos y fáciles de comprender, pero para mí, hay algo que realmente me ha suscitado dos grandes dudas:

DUDA NÚMERO UNO: ¿El tiempo utilizado para hacer esta página esta desarrollado en horario laboral o de ocio?
DUDA NÚMERO DOS: ¿Qué era el ocio?

Para mí, y esto queda entre nosotros, no tengo tiempo para mear fuera del tiesto. Soy optimista pero a la par estresado. Miro las noticias y me pregunto ¿cómo voy a racionalizar mi tiempo, si vivo en un país que carece de razón?

P.D.: Para aquellos que aun le quede tiempo, aquí queda la página que me ha proporcionado la chispa que necesitaba para resurgir entre mis letras (www.horariosenespana.es)