La vida es una sorpresa, y te llega el susto de aire fresco de la persona que menos te esperas. Esto está escrito en directo, o sea, que es exactamente así como pasó:
Todo surge de una iniciativa de mi propia persona, de ir a visitar a la madre de mi madre. Mi madre al cuadrado. Lo que podríamos definir como una súper madre.
Lo que pareció una conversación, al final lo fue. Porque solamente le bastó lo que me dijo, para conseguir producirme un escalofrío tan intenso, que creí que me faltaba piel.
Únicamente comparable al hipnotismo, o los canticos de sirenas. La suspicacia con la que poco a poco supo envolverme, fue apasionante. Quedé en sus manos como un pelele de papel charol, y deje la mente que siguiera el curso de su propio rio, y me guiase con las corrientes que creaba su cuarteada voz. Alcanzó rango de magia, expresada en palabras de su propia vivencia, que le brinda una inexorable experiencia de ultratumba. Simple y llanamente con esta conversación, y así de fácil, llegó a conseguir darme el alta de mi propio hospital, al que yo mismo me había encerrado en una habitación, creyéndome convaleciente.
Os relataría explícitamente cada una de sus palabras, pero esto dista mucho de ser un escrito de autoayuda. Únicamente mi forma de dar las gracias a los cuatro vientos.