lunes, 21 de septiembre de 2009

CUENTO ..III..

Las paredes le agobiaban, pero no era claustrofóbico. Estaba nervioso y sudaba, pero no estaba enfermo. Deliraba y no podía dormir, pero no se drogaba.
Amar a alguien hasta el punto de verse incompleto, era realmente su dolencia, su afección, su no vivir. Cuando los dedos de la desesperación te abrigan con ahogo. En el momento en que tu seguridad, se basa en la insatisfacción de una vida alejada de la persona a la que amas. Es cuando ves necesario movimientos radicales.
Es por ello, que llegó a zancadas hasta la casa donde pretendía encontrar el origen de su angustioso y deplorable, fatal trastorno.


- ¿Dígame?


-Andrea abre, soy yo, necesito hablar.


- ...


-Andrea abre, o te mato.