Mi incondicional vaivén navideño me ha hecho disfrutar de un
típico choque de clásicos. Una lucha por ser el número uno desde que el fútbol
es fútbol.
Aquí atentos:
Lo primero a tener en cuenta es lo apabullante del
merchandising. Hoy son pastas de dientes de tu equipo, y mañana papel higiénico
del equipo contrario. Pero en este caso tenemos un típico Barça-Madrid
luchando por ser la mejor pasta de dientes, en donde marcar un gol significa refrescar
el paladar y, ganar el partido, dejar el máximo tiempo posible un buen sabor de
boca.
Y aquí están los resultados:
Tras usar ambas pastas de dientes puedo valorar que la ganadora
sería: ninguna.
Exactamente la misma pasta de dientes. En las dos el mismo
contenido, si me apuras, mismo envase.
He usado unas variopintas tipos de pastas de dientes, desde las compradas
en supermercados hasta las publicitadas en farmacias. Con esa experiencia en el
campo, puedo asegurar que no usaría las de la foto ni para limpiarle los
dientes a un cadáver. Tienen el peor sabor del mundo es como usar agua
estancada para tu higiene bucal.
He aquí por tanto mi conclusión:
España siempre ha sido dualidad mires donde mires. Tanto en
ideologías, deportes, como políticos. Tenemos siempre a los mismos y aunque en discordia
diferente, siempre es la misma basura.