lunes, 22 de septiembre de 2008

Para grandes males, grandes remedios.


Me apasiona encontrarme con estos folletos por la calle. Ya que yo me imagino al chamán un tío sin problemas, negro (evidentemente, aunque no todos los africanos son negros, pero este seguro que si), prácticamente con una vida perfecta. Sentado en una mesa camilla y a la espera de ayudar a toda persona que quiera ponerse en contacto con el.
Una persona con nombre de un tipo de pasta, no puede hacer algo mal...